La magnitud en el deterioro de las cuentas fiscales impide que una soja a US$ 520 resulte suficiente para compensar las necesidades. Cristina Fernández necesitaría una soja a US$ 800, afirmó el economista Agustín Monteverde, en la newsletter del estudio Massot & Monteverde.
En principio impacta saber que, para enjugar los dos principales déficits sectoriales que arrastramos —el industrial y el energético— la soja, que vale en la actualidad US$ 505 la tonelada debería valer entre US$ 780 y US$ 820. Si hasta 2010 las exportaciones de origen primario, básicamente, compensaron los desajustes de la balanza comercial en los dos sectores antes mencionados, 2012 no luce tan promisorio. Claro que tampoco es dramático.
Una coyuntura más aliviada: la eficacia del autoritarismo
• Brasil y el sector energético constituyen los principales focos de problemas para la cuenta corriente externa.
• Como no ha habido mayores avances en la reducción de subsidios y aumento de tarifas, la demanda energética continúa firme y la importación proyectada para este año no baja de los US$ 10.000 millones.
• Tan sólo en el 1er. semestre, la importación de combustibles se llevará US$ 7.000 millones y el saldo neto de este rubro a fin de año arrojará unos US$ 6.000 millones de rojo.
• La balanza bilateral con Brasil cerrará con un déficit similar.
• Pero el estricto control sobre la salida de divisas —a través de sistemas de censura previa a las compras de moneda extranjera, a las importaciones de bienes y servicios, y al giro de dividendos— ha aliviado la caja de dólares.
• De no mediar las trabas formales y las presiones informales de (Guillermo) Moreno, el saldo de 2011 se habría reducido a menos US$ 5.500 millones.
• Con algo de suerte el gobierno podría llegar a sortear los desafíos de este año.
• Claro que, aun saliendo airoso en 2011, las estrecheces y tensiones se agudizarán el año próximo.
• Luego de padecer un severo déficit el año pasado, el creciente autoritarismo en el plano cambiario y en el comercial está proveyendo un ahorro neto de dólares en 2012.
• Gracias a los controles el gobierno podrá evitar que este año se vayan entre US$ 6.000 y US$ 7.000 millones.
• Con ese ahorro podrá cubrir los US$ 2.300 millones por la última cuota de capital e intereses del BODEN 2012 que vence en agosto y los US$ 3.500 millones correspondientes al pago de diciembre por el cupón atado al PBI.
• Desde noviembre del año pasado el Central recuperó más de US$ 5.000 millones de reservas.
• A esto se agrega que, al menos en lo que hace al cuadro externo, el kirchnerismo sigue gozando de buenos vientos.
• Durante el 4to. trimestre del año pasado la tonelada de soja cotizaba a US$ 420.
• Ahora supera los US$ 500 y el valor de la cosecha sojera podría superar los US$ 21.000 millones, 5% mayor al de 2011.
• De todas formas, la oleaginosa debería valer mucho más para compensar el déficit comercial de los sectores industriales y energéticos.
En 2012, la balanza industrial tendrá un rojo de casi US$ 31.000 millones y el sector energético tuvo un déficit de US$ 5.300 millones.
Para que la cosecha de soja compense estos dos quebrantos el valor de la soja debería rondar US$ 800.
• Por otro lado, la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central garantiza la provisión de dinero en el volumen que sea necesario.
• Por ejemplo, si desease cubrir el rojo de la balanza comercial de combustibles comprando las divisas con emisión, el Central deberá transferir al Tesoro algo más de $ 26.000 millones.
• Con la nueva Carta Orgánica, esa asistencia no representaría trasgresión alguna.
• Recuérdese que, además de poder disponer de las reservas en la porción que fije libremente el directorio del Central, el gobierno también contará con la ampliación del límite de Adelantos Transitorios al Tesoro, que fue llevado desde 10% de los ingresos del sector público nacional —de los últimos doce meses— a 20% de ese mismo concepto.
• Desde ahora el gobierno contará con unos U$ 22000 MM extra, los que podrá disponer para pagar vencimientos de deuda, cubrir baches fiscales, financiar créditos a la producción, o prácticamente cualquier otro fin
• Incluso quedó facultado para cancelar con reservas la deuda en default con el Club de París.
• El margen prácticamente ilimitado de discrecionalidad que se ha concedido al Central para desvalorizar la moneda quedó patente en las modificaciones de los artículos 3 y 42 de la Carta Orgánica.
• Al agregarse la estabilidad monetaria y financiera y el desarrollo económico con equidad social como objetivos del BCRA queda claro que, como esos propósitos están en conflicto con la misión original de preservar el valor de la moneda (hay imposibilidad fáctica de cumplir con varios objetivos en forma simultánea), la
reforma kirchnerista faculta explícitamente al directorio a desvalorizar la moneda nacional.
• La reforma también le quitó al BCRA la obligación de presentar el Programa Monetario y de publicar regularmente las estadísticas monetarias y financieras, lo que deja a la política monetaria en un plano de absoluta imprevisibilidad, discrecionalidad y opacidad.
• Como era de esperar, los temores provocados por semejante falta de control y límites sobre el manejo monetario derivaron en una ampliación de la brecha entre el tipo de cambio oficial y
de mercado, que llega ahora a casi 20%.
• El tipo contado con liquidación ha subido casi 10% en lo que va del año mientras que el billete en el mercado paralelo trepó 4% y el dólar oficial apenas se elevó 1,6%.
• La brecha entre el tipo oficial y el valor del peso en los países vecinos es aun más amplia que en Buenos Aires: del otro lado de la frontera se llega a pagar por el dólar, contra pesos argentinos, 7% más que en el mercado paralelo local.
• Al quedar independizado el nivel de reservas del volumen de la base monetaria, queda claro que a partir de ahora hay un riesgo concreto y creciente de que el Central no pueda hacer frente a una corrida cambiaria de magnitud.
• Pero, paradojalmente, los bonos en dólares subieron y el riesgo país bajó; desde que arrancó el año, el precio de los credit defaut swaps sobre la Argentina cayó 140 puntos básicos.
En realidad, esto no debiera sorprender:
Con la reforma, el gobierno se ha asegurado el pago de la deuda
nominada en dólares mientras que, a la vez, el respaldo en divisas de cada peso cae en proporción a la utilización que se haga de las reservas.
Por otro lado, los bonos en dólares son utilizados como vehículos para huir del peso; mientras que estos títulos subieron, los bonos en pesos sufrieron caídas.