La decisión de Evo Morales de subir un 17 por ciento el valor del gas que exporta a la Argentina desarma los esfuerzos del gobierno por reducir la monumental cuenta de las exportaciones energéticas. Con esta alza el fluído boliviano acumula un incremento del 35 por ciento en los últimos nueve 9 meses y todo indica que seguirá aumentando
En la antesala del invierno, cuando el frío ya complica el normal abastecimiento de gas de más de 300 industrias en todo el país –las petroquímicas del Polo de Bahía Blanca sufrieron cortes de hasta un 70% de su consumo durante la semana pasada-, el Gobierno recibió una pésima noticia para su intención de reducir las compras en el exterior de combustibles, que en 2011 superaron los u$s 9.300 millones.
El déficit de la balanza energética –que orilló los US$ 4 mil millones- provocó en su momento el profundo malestar de Cristina Kirchner, que ubicó al alza de las importaciones como uno de los principales argumentos para impulsar la reestatización de YPF.
A raíz del encarecimiento del precio internacional del petróleo –el WTI, la cotización del barril de EE.UU., supera los 97 dólares- y de sus derivados en el mercado internacional, el precio del gas que proviene desde Bolivia se encareció casi un 17% desde abril.
El valor del fluido importado para el segundo trimestre del año –de abril a junio- ascendió a u$s 12,06 por millón de BTU contra los 10,33 dólares del trimestre anterior, según confirmaron a LPO desde Enarsa, la empresa estatal de energía, encargada de la importación de gas desde el país del Altiplano. Incluso dejaron entrever que el importe seguirá aumentando en los próximos meses. Con esta alza, acumula un incremento del 35% en los últimos nueve meses.
Una fórmula endemonianda
El precio del gas de Bolivia está determinado por una fórmula polinómica incluida en la adenda firmada por los gobiernos de Cristina Kirchner y Evo Morales en 2009. La canasta de combustibles incluye la cotización FOB con base en Italia del fuel oil con 3,5% de azufre; la del fuel oil Nº6 con 1% de azufre del oeste de EE.UU.; y la del diesel doméstico de EE.UU., entre otros productos.
El valor actual del fluido está determinado por los valores que las cotizaciones que esos combustibles tenían seis meses atrás. “Por eso, teniendo en cuenta que el precio internacional del crudo se mantiene en alza, es previsible que el precio siga creciendo en los próximos meses”, admitieron desde Enarsa.
En abril llegaron, en promedio, más de 8,3 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de gas desde Bolivia. La cifra representa un 8% del consumo total de la Argentina, que ronda los 135 MMm3/d.
La importación de gas desde Bolivia –reiniciada en 2004- comenzó siendo una oportunidad para cubrir el incremento del consumo local de gas pero, progresivamente, empezó a tener cada vez más incidencia en la precariedad de la balanza comercial energética. Sucede que el precio del hidrocarburo se incrementó de forma exponencial en los últimos tiempos. Desde 2007, el importe más que se duplicó: pasó de cotizar a US$ 5 por millón de BTU durante el primer trimestre de ese año a valer US$ 120,06 en la actualidad.
El encarecimiento del precio se aceleró durante 2011. En diciembre de 2010 ascendía a 7,33 dólares. Desde ese entonces, registró una subida marcada: u$s 7,60 en marzo de 2011; 8,77 en junio; u$s 10,2 en agosto, y 10,73 en octubre.
El alza se refleja también en el valor que pagan las industrias del sur de Brasil por el hidrocarburo boliviano. El precio pasó de u$s 3,77 en enero de 2007 a 8,68 dólares en la actualidad, lo que da cuenta de una remarcación del 130 por ciento, según se desprende de datos de las petroleras.
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