lunes, 22 de agosto de 2011

Mauricio Macri y Hermes Binner son los Adversarios

Mauricio Macri y Hermes Binner son los adversarios que eligió Cristina Fernández para el período 2011-2015. Ninguno de ellos representa opciones nacionales, afirman en la Rosada. En tanto, el verdadero problema será disciplinar a los peronistas que apuestan al recambio generacional: Daniel Scioli, Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa y Jorge
Avalancha, catarata, diluvio, tsunami, avasalladora, apabullante, asombrosa, sorprendente, extraordinaria, fenomenal, prodigiosa, estupenda, monstruosa, incomensurable e impactante son algunos de los calificativos que pueden describir la cantidad de votos, apoyos y legitimación que recibió Cristina Fernández en las urnas el domingo pasado. Desastrosa, funesta, siniestra, fatídica, deplorable, aciaga, demoledora, inesperada, insólita, ínfima, horrorosa, inmunda, lastimosa, patética, luctuosa, dolorosa y fatal son algunos de los conceptos que pueden dimensionar la paupérrima campaña, desempeño y resultado que obtuvieron Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde, Hermes Binner, Adolfo Rodríguez Saá, Elisa Carrió y Fernando Solanas en la votación de hace una semana. Es cierto que se trata de una lectura maniquea y simplista de la 1ra. elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria de la historia electoral argentina. Sin embargo, nadie puede negar que sea una visión realista del fracaso que tuvo la estrategia electoral, el armado de alianza, el mensaje ideológico y la acción política de las fuerzas no kirchneristas.
La oposición se quedó en un conjunto de individuos demasiado soberbios para poder entender cuáles son las necesidades de electorado (y demandantes de encuestas truchas que dicen que van 2dos. o 3ros. en intención de votos antes de bucear en qué es lo que buscaba y busca el ciudadano).
Si algo diferencia las campañas de Cristina Fernández y Mauricio Macri con respecto a los personajes que protagonizaron el Waterloo electoral de hace una semana es que armaron sus campañas electorales con mucho dinero, un buen equipo político, una clara estrategia mediática y sabiendo que mensajes lograban atraer el voto de los ciudadanos.
Es cierto que Cristina Fernández ganó en forma impecable e inapelable. Sin embargo, las oposiciones se suicidaron en enero cuando Elisa Carrió rompió el Acuerdo Cívica y Social creyendo que favorecía al Acuerdo Cívico y Social en el armado de listas posterior que nunca se produjo y cuando Eduardo Duhalde resolvió despreciar a Mauricio Macri y lo dejó fuera del peronismo disidente.
Las otras dos estaciones que sellaron la suerte del antikirchnerismo fueron protagonizadas por Francisco de Narváez: cuando rompió con el titular del PRO y con el PRO, y cuando selló una alianza con Ricardo Alfonsín y no pensó nunca en seducir al electorado radical. Varios libros se pueden escribir sobre los errores cometidos por las oposiciones en las elecciones en curso. Se puede aprender mucho de ellas. Pero poco servirá ese conocimiento para intentar revertir el resultado en octubre dado que, por estas horas, las oposiciones están llevando a la práctica estrategias suicidas. Elisa Carrió recurrió a la victimización, como cada vez que es derrotada, se fue de viaje; Alberto Rodríguez Saá festeja haber asestado un durísimo golpe a Eduardo Duhalde (con lo cual, se cobró la caída que tuvo su hermano Adolfo, cuando era Presidente de la Nación en 2001, y que considera fue impulsada por el bonaerense),la UCR está en una situación de “sálvese quien pueda” (con intentos de fuga de candidatos hacia los brazos de Hermes Binner), el ex gobernador de Buenos Aires se consuela juntando telegramas con irregularidades que no cambian la realidad de las urnas y el santafesino juega el juego de la Casa Rosada porque cree que sumará más legisladores a su bancada y creyendo que es el creador de un nuevo socialismo que sumará a todo el progresismo. La decisión de la Unión Cívica Radical, el socialismo, la Coalición Cívica y peronismo no kirchnerista de defender sus espacios en el Congreso vuelve a ponerlos en el rol de jugarse por el premio menor.
Desde las elecciones de 2009, cuando los ciudadanos decidieron un virtual empate en el Congreso, Cristina Fernández no tuvo problemas en congelar el Parlamento y gobernar con Decretos de Necesidad y Urgencia. Así se hizo de las reservas del Banco Central y despidió a Martín Redrado de su cargo. Así, gobierna en un año electoral sin Presupuesto y gastando en forma indiscriminada.

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