No cesan las repercusiones por la confesión de Tabaré Vázquez: Uruguay llegó a tener como hipótesis el conflicto bélico con la Argentina. En 2006, Uruguay (¿dónde vivía Jorge Larrañaga? ¿Más descolgado que Tabaré Viera?) llegó a pedir presupuesto por aviones no tripulados, de los que fabrica Israel. Esto era conocido en medios diplomáticos europeos. Tabaré ahora embistió contra sus críticos en Uruguay.
“Ahora todos se sorprenden y se rasgan las vestiduras, y parece que se olvidan que por el conflicto de Botnia sacamos el Ejército a la calle”, dijo al diario El Observador el ex presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, cuyas declaraciones acerca de que en 2006 le llegó a pedir apoyo a USA ante un eventual conflicto bélico con la Argentina causaron revuelo a ambos lados del Río de la Plata. “Hay quienes se sorprenden como si esto no tuviera fundamento”, dijo Vázquez, y agregó: “Hay que recordar que los piqueteros dijeron que vendrían a manifestar a Uruguay, que hubo quien dijo que iba a venir con dinamita, amenazaron con ocupar la planta de Botnia, los militantes de Greenpeace manifestaron en el río y tiraron al agua a un oficial de Prefectura, entre otros hechos”.
“Fue por todo eso que en un consejo de Ministros se decidió enviar al Ejército a custodiar los alrededores de la planta de Botnia. Se hizo una guardia perimetral, y pusimos al Ejército a desmalezar la zona para instalar tiendas de campaña. Se llegó a votar una partida especial para alimentar a los soldados, y no se llamó a una empresa privada a hacer esa seguridad, se envió al Ejército porque se entendió que era un asunto de interés nacional y de seguridad”, recordó el mandatario. Vázquez dijo que ese concepto del conflicto lo impulsó Argentina cuando el extinto Néstor Kirchner declaró que era un asunto “nacional, y se abrazó con los piqueteros” en Santiago de Chile, durante la asunción de Michelle Bachellet, donde Uruguay y Argentina negociaron y no llegaron a un acuerdo.
“Todos los presidentes de la región manejaban esa hipótesis de conflicto, otra cosa es que se admitiera. Y ante esa situación ¿qué se pretendía que hiciera el presidente de un país pequeño que está amenazado? Pensar desde lo mejor a lo peor, y pedir apoyo, un apoyo que era en lo político y en lo diplomático, pero que partía de la base de la peor hipótesis. Si no lo hubiera hecho y llegaba a pasar algo se iban a preguntar '¿y el Presidente qué hizo?'”, afirmó el ex mandatario, muy probable candidato a heredar a José Mujica, que lo heredó a él.
Opositores
El dato político hacia adentro de Uruguay es que Vázquez no estaba dispuesto a dejarse pisotear por un vecino más grande, y defendería en cualquier circunstancia y forma lo que consideraba era un derecho legítimo de su país. Sin embargo, el opositor líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga escribió en su cuenta de Twitter, "¡Es increíble! ¡Pretender la intervención yanqui! Es sospechar de la Argentina que desatara un conflicto bélico. Esto va a traer reacciones", dijo.
Y agregó: "Es absurdo pensar que hubiera podido existir un ataque bélico de la Argentina. Va a ser tomado como una ofensa". El presidente del directorio del Partido Nacional, el senador Luis Alberto Heber calificó de una "barbaridad" en su cuenta de Twitter las declaraciones del ex mandatario. "Inadmisible la confesión de Vázquez de haber pedido ayuda a los EE.UU. por posible conflicto con Argentina. ¿Donde quedo el antiimperialismo?", señaló Heber. El diputado blanco Javier García también cuestionó los dichos del ex mandatario. "Que irresponsable Vázquez, haciendo política hablando de guerra con Argentina. ¿Qué busca, protagonismo en la interna del FA?", se preguntó el legislador. Desde filas coloradas también salieron al cruce de Vázquez. El senador Pedro Bordaberry señaló en la red social que se trata de una "irresponsabilidad absoluta la de Tabaré Vázquez; ayer los uruguayos que votamos no tenemos razón; hoy guerra con Argentina".
"Estos temas deben manejarse con mucho cuidado y reserva; fue un acto de irresponsabilidad", expresó el líder colorado. El también senador colorado, Tabaré Viera, publicó las declaraciones de Anibal Fernández, asegurando que en Argentina "nunca se manejo la posibilidad de un conflicto armado". Viera lo calificó como "vergüenza ajena".
En Wikileaks
El embajador de USA en Buenos Aires, Earl Wayne, analizó en noviembre de 2007 el conflicto. En un cable dirigido al Departamento de Estado, filtrado por WikiLeaks, y que tradujo y reprodujo El País, de Montevideo, Uruguay, el diplomático señaló que, a pesar de que Vázquez había dado la orden de que Botnia comenzara a operar el 9 de noviembre, la preocupación por la controversia se había "calmado" en Buenos Aires.
"El gobierno argentino y la opinión pública están ahora mucho más focalizados en el cambio de gobierno y en las vacaciones de verano", señaló.
Un cúmulo de señales contradictorias por parte de Uruguay y Argentina se fueron acumulando entre enero y noviembre de 2007. Por entonces ya había comenzado la gestión de buenos oficios de la Corona Española, a través del embajador español ante ONU, Juan Antonio Yáñez Barnuevo.
En su análisis enviado al Departamento de Estado, Wayne sostuvo que para algunos observadores la Cumbre Iberoamericana, que se había desarrollado la semana anterior, fue la última chance para solucionar el conflicto. Sin embargo, él indicó además que había muchos analistas que creían que en realidad nunca había existido una posibilidad real de que finalizara la controversia. Indicó además que una fuente consultada -que se menciona como "A"- le transmitió que el presidente Vázquez sentía que los mediadores españoles no eran "intermediarios honestos" y que también podían estar posiblemente influidos por sus intereses económicos. En forma paralela a esas gestiones, funcionaba con intensidad la que por entonces se conocía como "la diplomacia de los Fernández", en alusión al jefe de gabinete de la administración Kirchner, Alberto Fernández, y al secretario de la Presidencia de Vázquez, Gonzalo Fernández.
Ese diálogo "oficioso" había llegado incluso a su momento culminante el 28 de agosto, cuando tuvo lugar una reunión secreta en la estancia de Anchorena para delinear las bases del acuerdo. Sin embargo, esta fórmula "dormiría" en los cajones oficiales. De todos modos, Wayne señaló en el despacho diplomático algunos signos alentadores desde que, el 9 de noviembre, la planta había comenzado a estar operativa. Entre ellos, destacó que Argentina había comenzado o tenía previsto iniciar próximamente el monitoreo del río Uruguay, lo que marcaba un cambio: dejar de pedir la relocalización, aceptar que la planta existía y sí controlar su funcionamiento. En el mismo sentido, los Kirchner habían reconocido que la planta era una realidad.
Sigue el relato de D. Friedmann y R. Rossello en El País uruguayo:
"(...) La posibilidad de sabotajes o acciones de tipo militar no estaban ajenas a estos rumores. Las sospechas de los servicios de información se originaban en una acción emprendida contra un vivero de Botnia en Paysandú. Y de hecho, junto a ello las manifestaciones, escraches e intervenciones de los activistas parecían confirmar un endurecimiento del conflicto.
El 2 de septiembre un grupo de unos 800 asambleístas cruzó el puente en medio de una tensa movilización para llevar a cabo una protesta frente a Botnia. La acción obligó al gobierno a disponer de una amplia movilización de efectivos policiales y militares. El estado de alerta por posibles acciones directas contra la planta había movilizado también a agentes de los servicios de Inteligencia de los ministerios de Interior y Defensa, que trabajaron activamente en Fray Bentos. Unos días antes, el 30 de agosto, los activistas habían sido neutralizados en su intención de llevar a cabo una protesta náutica frente al puerto de Nueva Palmira, durante la inauguración presidida por Vázquez. De todos modos, el embajador Wayne señaló que no había "absolutamente ningún indicio" de que Argentina considerara una "solución militar" a esa disputa e indicó que la capacidad operativa militar de Argentina estaba muy limitada. Wayne contó que cualquier sugerencia que se hiciera de una "solución" militar al conflicto traía como respuesta en el interlocutor expresiones de humor o de incredulidad. Narró que en el último evento del Día de los Veteranos de Guerra, un militar bromeó con el tema y dijo que, probablemente, Uruguay tuviera una flota de aviones más activa y recursos militares más útiles que el argentino, tomando en cuenta el sostenido recorte del presupuesto militar de los últimos años. Pero más allá de las bromas la embajada consultó seriamente sobre el tema. "Por su parte, el agregado militar de Uruguay en Argentina dijo que él no tenía conocimiento de la existencia de planes militares -siquiera remotos- de los gobiernos de Uruguay o de Argentina relacionados con esta disputa", escribió Wayne. La percepción de un endurecimiento del conflicto y su posible derivación militar había sido comentada por un senador del Frente Amplio -calificado por la embajada de Estados Unidos como fuente protegida- a principios de ese año, según otro cable filtrado por WikiLeaks y dado a conocer por El País el 6 de marzo. En una reunión reservada entre ese legislador y el entonces encargado de negocios de la sede diplomática en Montevideo, James D. Nealon, el representante uruguayo había expresado que "después de todo no sería tan mala idea reforzar los vínculos militares de Uruguay con Estados Unidos". Ese tema fue retomado por Wayne. En el cable de noviembre de 2007 el diplomático consideró que la mejor opción para Estados Unidos era que continuara estando al margen de la disputa. "Esto es particularmente relevante si se busca mejorar la relación con el nuevo gobierno en Argentina", señaló. Agregó que su "intuición" era que Cristina Fernández iba a ser más "sutil" en el manejo del conflicto. Además, Wayne sostuvo que Estados Unidos debía "desalentar" cualquier sugerencia uruguaya -como la que habían recibido de una fuente- para intensificar la cooperación militar y proteger a Uruguay de Argentina. También recomendaba tener la misma postura ante la posibilidad de que esa alianza fuera utilizada para influenciar a los argentinos.
Cristina, un socio "más fiable, confiable y accesible" para la embajada de EE.UU.
Estados Unidos miraba con particular preocupación su cada vez más deteriorada relación con Argentina. Durante el gobierno de Néstor Kirchner habían abundado los desencuentros y la perspectiva de un cambio de mando era observada con fuerte expectativa. Como también lo era por parte de Uruguay, que bajo la dirección de Kirchner no avizoraba una salida inmediata del conflicto. Ambos aspectos eran sondeados con interés por la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires.
Cristina Fernández, senadora y candidata a la Presidencia, mantuvo una reunión con el embajador de Estados Unidos en Argentina, Earl Wayne, el 20 de septiembre de 2007, pocos días antes de que partiera a Nueva York para un programa de cinco días. El contenido del encuentro -que duró 45 minutos y se desarrolló en la residencia de Olivos- fue narrado por el propio diplomático al Departamento de Estado en un cable filtrado por WikiLeaks a El País. El hecho de que Fernández hubiera aceptado una cita con embajador fue visto como positivo por Wayne, quien destacó el contraste con la actitud de Néstor Kirchner, que en todo su mandato no había tenido un encuentro privado con el representante de Washington. Además, Wayne resaltó el tono amable y descontracturado de Fernández. También desde el entorno del presidente Vázquez se comenzaba a ver con creciente interés la figura de Cristina Fernández de Kirchner como un interlocutor "más amigable" para futuras negociaciones. Fernández había sido cauta en su manejo del conflicto y de las relaciones en general con Uruguay. La entonces candidata presidencial prefirió dilatar un encuentro con los activistas de Gualeguaychú, reunión sobre la que los asambleístas depositaban fuertes expectativas.
Para Estados Unidos, en tanto, el perfil más amigable que esperaban de la candidata se vinculaba con la posibilidad de ampliar inversiones en el país vecino. Aspecto en que también el país era examinado a la luz del conflicto con su vecino Uruguay. "El discurso y el tono conciliador de la reunión confirman lo que veníamos observando en los discursos y gestos de Cristina Fernández de Kirchner con una frecuencia cada vez mayor: el candidato con mayor chance busca un acercamiento con Estados Unidos", resumió Wayne.
Para el diplomático, Fernández parecía entender que una relación pragmática y no enemistosa podía garantizarle un margen de maniobra en asuntos financieros y geopolíticos. Al mismo tiempo, señaló que sus comentarios habían sugerido una falta de voluntad para romper con las "heterodoxas" políticas de su marido. "La conversación de Cristina Fernández de Kirchner con el embajador confirma nuestra expectativa de que, probablemente, ella sea un socio más fiable, confiable y accesible de Estados Unidos", resumió. La victoria por un margen ajustado de la candidata oficial terminó por instalar un mejor clima en Uruguay. De hecho, en la noche del 28 de octubre luego de conocerse el triunfo electoral, Tabaré Vázquez llamó a Cristina Fernández en lo que fue interpretado en ambas márgenes del río como "un gesto de distensión"."