Lejos de solucionarse la situación, en los últimos meses continuó agravándose la crisis del sector por la falta de hacienda. En el último año cerraron más de 100 plantas en el interior del país. Los primeros siete meses del 2011 muestran la peor faena en 22 años. El panorama a corto plazo no es nada alentador.
La crisis que atraviesa la industria frigorífica viene generando severas consecuencias en el nivel de empleo del sector que se ha recortado de manera notable por la disminución de la actividad producto de la falta de hacienda presente en todo el país.
Según un estudio realizado por la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de la provincia de Córdoba (AFIC), en el último año cerraron en el interior del país unas 103 plantas frigoríficas que habrían dejado sin trabajo a más de 5.000 personas.
Dentro de las empresas que dejaron de operar hay desde frigoríficos exportadores (como Mattievich en Santa Fe y JBS en Córdoba), hasta mataderos más pequeños de índole municipal con enorme importancia en las comunidades locales (como Santa Elena).
El hecho de que Mattievich y JBS hayan achicado sus negocios en el país no es un dato menor: el primero cuenta en total con ocho unidades industriales en la provincia de Santa Fe y es uno de los principales exportadores argentinos de cortes y subproductos bovinos; al tiempo que el segundo es un gigante en el rubro que decidió vender una unidad en Entre Ríos a un consorcio de productores ligado a Guillermo Moreno.
Así, mientras en 2010 se contaban unos 456 establecimientos en actividad (algunos reducida), en lo que va del presente año quedan apenas 353 establecimientos activos, según indica el informe de AFIC al que tuvo acceso La Política Online.
“Salvo en producciones especiales como los cortes Hilton y productos Kosher, salvo en esos casos puntuales, el mercado interno hoy por hoy paga más que el externo”, dijo a LPO Jorge Torelli, gerente general del Grupo Frigorífico Mattievich.
“La realidad indica que nos quedamos con muy pocos negocios de exportación, los que mejor rentabilidad tienen, y el resto se está dirigiendo todo a consumo interno, como está ocurriendo en muchas empresas exportadoras”, agregó Torelli.
En tanto, para el analista Víctor Tonelli la mayor parte de las compañías del sector no experimentan inconvenientes de índole financiero ni de incumplimiento en los pagos, sino que el problema es que “no tienen materia prima para mantener el nivel de trabajo”.
“En general las empresas que tienen más de una planta han cerrado alguna, y aquellas que tienen solamente una, han reducido personal”, señaló Tonelli, y añadió que “esto es una tendencia que seguramente se mantendrá por lo menos hasta mediados de 2012”.
Por su lado, otro de los problemas que genera preocupación en el sector es la importante baja que vienen registrando los precios de los subproductos (cuero, secos y huesos) producto de la crisis financiera internacional.
La peor faena en 22 años
El 2011 va terminando de a poco como uno de los peores para el sector frigorífico. En los primeros siete meses, la cantidad de hacienda faenada fue 6,1 millones de cabezas, un 13 por ciento menos en relación al mismo período de 2010. Pero si la muestra se hace en comparación a los datos registrados en 2009, los datos son aún más contundentes: la caída en la faena de vacunos supera el 33 por ciento. En Córdoba en el último año se cerraron los frigoríficos Col Car (JBS), y Tinnacher.
Como sea, lo cierto es que actualmente en la Argentina hay 48,5 millones de cabezas de ganado contra 58 millones que había en el año 2007, según cifras arrojadas por los estudios de la primera vacunación contra la fiebre aftosa del Senasa.
Los motivos de la crisis
Si bien la crisis que están atravesando la mayor parte de los frigoríficos ganaderos no es nueva, lo que resulta una novedad es que, ya transcurridos más de un años desde su inicio, a esta altura no exista ninguna señal de una recuperación en el corto plazo.
En los últimos cuatro años en la Argentina se perdieron 10 millones de cabezas de ganado debido principalmente al congelamiento de precios y al cierre de exportaciones impuesto por el Gobierno nacional que impidió que los productores aumenten su rodeo.
Esta situación produjo que los frigoríficos, que de 2006 a 2009 compraron hacienda a precios regalados a costa del quebranto de miles de productores, el año pasado y este comenzaran a pagar precios mucho más altos por la explosión del mercado.
Además, el problema es que muchas de las categorías que necesitan los frigoríficos de perfil exportador para mantener el nivel de faena comenzaron a escasear por la falta de inversión en el sector productivo generada por las políticas oficiales.
“Mientras firmas consolidadas con trayectoria cesan en su actividad por la crisis del sector, otros emprendimientos son habilitados preferentemente por las autoridades provinciales y su futuro verdaderamente será incierto”, advierte el informe de AFIP.
“Para operar, en cumplimiento de la normativa sanitaria y comercial, necesitan un volumen mínimo de faena que por la realidad del sector, hoy será difícil de realizar agravándose así la crisis general del sector”, culmina.
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