"En breve la dolarización de los activos llegará a un tope y luego todo se normalizará", le prometen a Cristina. Frente al desconcierto, la resignación. Pero no es cierto. La fuga lleva 4 años y merece un debate más interesante
Hace 4 días que la elección quedó atrás. Resulta notable la ferocidad conque la coyuntura devora aquellos eventos que se supone son hitos. La victoria fue un tema del domingo 23/10 por la noche.
El lunes 24/10 el tema fue que el Banco Central volvía a vender US$ 90 millones a demandantes insaciables. El martes 25/10, US$ 170 millones fugados. Esa tarde Cristina Fernández decidió atacar el problema. El miércoles 26/10, en el Boletín Oficial se comunicó un decreto presidencial que obliga petroleras y mineras a liquidar sus divisas en el país. Se fugaron US$ 190 millones. El jueves 27, en el Boletín Oficial se comunicó que las aseguradoras deberán regresar al país sus tenencias de moneda extranjera. También se fueron US$ 160 millones. Luego, el homenaje a Néstor Kirchner al cumplirse 1 año de su muerte (27/10/2010), evento que también será consumido por la agenda. Cristina Fernández regresará a la Quinta de Olivos recién el domingo 30/10. Pero el contexto será diferente, al menos para muchos de sus votantes que no son militantes del Frente para la Victoria sino los llamados la mayoría silenciosa o los independienteso los ciudadanos apolíticos.
Entonces, además del triunfo en las urnas y del recuerdo de Néstor Kirchner, la agenda incorpora el protagonismo del tipo de cambio. Es el denominador comun entre el día antes y el día después. Hace meses que se habla de la fuga de capitales. Y todo indica que el tema permanecerá, aún cuando Mercedes Marcó del Pont afirme que ahora hay que dejar que la demanda decline sola... Antes, ella afirmaba que era una especulación preelectoral. La verdad es que no tiene la menor idea acerca de qué hacer.
Cristina Fernández ganó el domingo 23/10 con amplitud, tal como estaba previsto. Los fundamentos fueron concretos: el sobregasto público, que permite asistir muchas necesidades y también otras que no lo son; la economía mantiene un comportamiento muy positivo en términos de consumo. De acuerdo a Cristina, gracias a la demanda agregada, que sería una justificación del sobregasto público;
la opinión pública es bombardeada por el discurso gubernamental, gracias a la financiación provista por el sobregasto público; y
hay un discurso bien construido, en base a identificar consignas y valores comunes entre los ciudadanos y, a partir de ellos, elaborar la ideología (de acuerdo a lo que muchos argentinos entienden que es ideología).
Ahora hay que abordar lo que vendrá.
La tensión entre necesidades políticas vs. posibilidades económicas, comenzó hace tiempo. Acompañó a Cristina Fernández durante todo su mandato 2007-2011. La apuesta de Cristina Fernández es que ella puede conseguir que nada cambie, y si Ella fue exitosa al día de hoy, también lo será mañana. Sí, es un enfoque tan sencillo como controvertido. Pero es el que hay. No contempla que, en el interín, murió Néstor Kirchner, cuando el Frente para la Victoria marchaba hacia su 2da. derrota electoral consecutiva. Su desaparición física resucitó al FpV en una sociedad siempre atenta a conceder honores tardíos y afecta a expresar alguna culpabilidad por sus decisiones. Cristina ha decidido realizar aquello que estaba previsto: hay que alimentar el sobregasto público como eje del éxito, y para ello no hay que tener pruritos. Si un día se expropiaron los ahorros previsionales de millones de argentinos, ahora se pueden devorar otros recursos. Todo depende de cómo se lo presente a la opinión pública. Resulta elemental que parezca un hecho de justicia social: quitarle al que más tiene. No importa si realmente es así. Lo que importa es lo que parece.
Es obvio que apropiarse de los dólares estadounidenses de mineras, petroleras y aseguradoras agrada a casi todos, y no interesa hoy que mañana resulte complicado conseguir inversiones y reinversiones. El mañana es hoy, dicen ellos.
Habría que advertirles que no se está resolviendo el problema de fondo: hay motivos y no caprichos por la preferencia por el dólar que tienen los tenedores de pesos. O sea que hay argumentos para la desconfianza hacia el peso que tienen hasta muchos de quienes votaron por Cristina Fernández el domingo 23/10 y compraron dólares el lunes 24/10, después de festejar hasta la ronquera.
Así, la economía argentina regresa a la pregunta clave en la macroeconomía: ¿Es la oferta o la demanda?
Cristina cree que es un problema de oferta: si se garantiza que los dólares fluyan por arriba de la demanda, la cotización permanecerá estable, el Banco Central recuperará reservas y cuantos más excendentes tenga en 2012, más recursos podrá prestarle al Tesoro Nacional -que tendrá que emitir menos deuda-, y Cristina consolidará poder y prestigio. Pero es problable que sea un problema de demanda: el peso es poco confiable porque lo deprecia rápidamente la inflación, la más importante de varias inconsistencias que tiene la política económica, que se niega a abordar un debate profundo sobre competitividad y productividad. Ni hablar del evidente deterioro de los superávits gemelos (fiscal y de la balanza comercial), que en el Frente para la Victoria suponen que molesta menos si no se menciona. Pero aquello que se había conseguido en 2003-2007 parece perdido. No se trata de ajustar sino de reordenar. Eso es lo que muchos agentes económicos le están diciendo a Cristina Fernández, y lo expresan como pueden.No pasan desapercibidos pero no están siendo escuchados.
Con seguridad, la demanda de moneda extranjera no es coyuntural porque ocurrió durante todo el mandato de Cristina: desde 2007 se fugaron capitales por US$ 64.000 millones.
Si no es coyuntural, tampoco es una cuestión de especulaciones preelectorales ni poselectorales. La semana anterior al 23/10, y con el resultado seguro, se fugaron US$ 670 millones. En los 4 días después del comicio, UD$ 610 millones.
Tampoco es política: la fuga se mantiene cuando, a la vez, no se encuentra en discusión el liderazgo político de Cristina ni su capacidad para interpretar los minimos comunes denominadores de la sociedad argentina. Y no es una cuestión que pueda abordarse segun el planteo ortodoxia vs. heterodoxia que tanto le satisface exponer a algunos integrantes del Frente para la Victoria, tan ortodoxos en su planteo heterodoxo que terminan asemejándose a sus criticados egresados de la monetarista Escuela de Chicago. No, esto es economía real. La de todos los días. Y una última reflexión: la gran Cajaya fue deglutida (la de la ANSeS). Las otras cajas son más reducidas ante necesidades permanentes en cuanto a su volumen. Por lo tanto, cada vez se precisan de más cajas para cubrir el bache. Y cada vez quedan menos cajas disponibles, no habiendo infinitas cajas posibles. El peligro es que 2011-2015 resultea una huida hacia adelante. Es un camino que recorrió Carlos Menem entre 1995 y 1999. Es decir que hay antecedentes de un mandatario que logra estirar el estallido de la crisis durante todo su mandato. ¿Por qué no podría conseguirlo Cristina? Pero lo aconsejable sería resolver las cuestiones de fondos y no especializarse en aplicar parches. Vale la pena reflexionar sobre la devaluación sufrida por el propio Menem entre 1995 y 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario