El kirchnerismo deberá dilucidar por qué no logró explotar el supuesto boom de consumo a nivel nacional.
El rol de Cristina Fernández, quien nunca paga costos por sus decisiones y no quiso jugarse por su candidato durante toda la campaña, podría sentar un precedente negativo. El primer problema: la forma en que se eligió al candidato oficialista por el Frente para la Victoria. Filmus traía desde el Congreso nacional un aura de autonomía del Gobierno nacional a raíz de la elaboración del proyecto sobre protección de glaciares y su negativa a ser candidato testimonial en 2009 para permanecer en su banca. Cristina rompió con todo eso cuando impulsó a Amado Boudou para el cargo de Macri haciendo un show junto con Tomada para una interna que eludió, burlado así las primarias que su gobierno había impulsado, y apelando a la dedocracia al erigir como su candidato a Filmus. Después le digitó la lista de candidatos a legisladores y le dio preponderancia a La Cámpora, Juan Cabandié encabezó la lista de ediles porteños. No le permitió a Filmus debatir en la señal TN del Grupo Clarín, siguiendo la tónica de la Ley de Medios, y la campaña se terminó basando en la anticampaña. Para peor los escándalos del caso Schoklender y en el Inadi salpicaron su camino a la elección.
Si en la nómina de legisladores se impone Cabandié, los responsables del fracaso serán Filmus y Tomada. Pero si se confirman rumores de que la lista de Aníbal Ibarra, que encabeza Gabriela Cerruti como primera candidata a legisladora porteña, saca más votos que Cabandié, no habrá dudas de la responsabilidad de Cristina y de La Cámpora en la derrota. Si Cristina no paga costos, ¿estará La Cámpora dispuesta a hacerlo? Porque además será un antecedente pésimo para las próximas elecciones que se avecinan donde el peronismo y el sindicalismo tuvieron que ceder espacios ante esta inexperta agrupación que debuta con un fracaso estrepitoso en las urnas
El rol de Cristina Fernández, quien nunca paga costos por sus decisiones y no quiso jugarse por su candidato durante toda la campaña, podría sentar un precedente negativo. El primer problema: la forma en que se eligió al candidato oficialista por el Frente para la Victoria. Filmus traía desde el Congreso nacional un aura de autonomía del Gobierno nacional a raíz de la elaboración del proyecto sobre protección de glaciares y su negativa a ser candidato testimonial en 2009 para permanecer en su banca. Cristina rompió con todo eso cuando impulsó a Amado Boudou para el cargo de Macri haciendo un show junto con Tomada para una interna que eludió, burlado así las primarias que su gobierno había impulsado, y apelando a la dedocracia al erigir como su candidato a Filmus. Después le digitó la lista de candidatos a legisladores y le dio preponderancia a La Cámpora, Juan Cabandié encabezó la lista de ediles porteños. No le permitió a Filmus debatir en la señal TN del Grupo Clarín, siguiendo la tónica de la Ley de Medios, y la campaña se terminó basando en la anticampaña. Para peor los escándalos del caso Schoklender y en el Inadi salpicaron su camino a la elección.
Si en la nómina de legisladores se impone Cabandié, los responsables del fracaso serán Filmus y Tomada. Pero si se confirman rumores de que la lista de Aníbal Ibarra, que encabeza Gabriela Cerruti como primera candidata a legisladora porteña, saca más votos que Cabandié, no habrá dudas de la responsabilidad de Cristina y de La Cámpora en la derrota. Si Cristina no paga costos, ¿estará La Cámpora dispuesta a hacerlo? Porque además será un antecedente pésimo para las próximas elecciones que se avecinan donde el peronismo y el sindicalismo tuvieron que ceder espacios ante esta inexperta agrupación que debuta con un fracaso estrepitoso en las urnas
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